Hay cosas que solo ocurren en la orilla.
Allí donde el agua toca la tierra sin romperla.
Donde todo puede empezar o terminar.
Esta vasija nace de ese lugar calmo:
no del centro, no de la corriente,
sino del borde donde se asienta lo leve.
Sostiene sin apretar.
Contiene sin urgencia.
Puede llevar agua, flores, palabras que no pesan.
O simplemente estar.
Su forma es íntima.
Su presencia, callada.
Pieza única.
Hecha y esmaltada a mano, lentamente.
No hay otra igual.
Está disponible para entrega inmediata.
Una vez se confirme el pago, la pieza se alista para partir.
Incluye empaque especial para su cuidado.
Apta para contener líquidos.
Hecha en Medellín, con manos que honran los procesos que toman su tiempo.